miércoles, 24 de junio de 2020

Sala de Lactantes

¡Hola a toda nuestra sala amarilla!

Es muy importante entender que el bebé  llega al mundo esperando encontrar la misma calidad de bienestar, placer, movimientos, alimento, olores, miradas y presencia que experimentó en el vientre de su madre. Y solo podrá recibir todo este torrente de experiencias agradables en un entorno maternal y acogedor de presencia continua.

Siendo así, parece lógico afirmar que los bebés son especialmente sensibles al tacto.

Ya todo el proceso de nacimiento es como un masaje profundo para el bebé: le estimula los sentidos de la piel y le prepara para la respiración. El golpe de aire frío que siente en la piel al nacer le proporciona su primera sensación de definición corporal, la noción del interior y del exterior. Es un contraste respecto a la vida dentro del útero, que es como estar inmerso en un baño caliente.

Por eso es tan importante fomentar siempre que sea posible el contacto piel con piel, por las sensaciones táctiles que tranquilizan al bebé, pero también por el olor de la piel y el latido del corazón de los padres, algo que muchas madres tienen en cuenta de forma instintiva y sostienen a sus hijos en el lado izquierdo, donde puede escuchar los latidos que ha estado escuchando durante toda su gestación.

Se sentará al niño en el piso sobre el cual se colocará palanganas o tapers  y dentro de ellos se pondrá polenta para toque su textura y la exploren libremente

Les mandamos un gran abrazo a la distancia.

Seños Georgi y Gaby.


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